domingo, 13 de diciembre de 2009

Perseo y Andrómeda



1: Laguna Estigia: En la mitología griega, cuando una persona moría, su alma era transportada hacia la orilla del río Éstige, también conocido como Laguna Estigia, a manos del dios griego Hermes (mensajero de los dioses) que en la mitologia romana viene siendo Mercurio.
Allí esperaba a Caronte, en cuya barca habría de atravesar la "frontera" que dividía el mundo de los vivos y el Hades. El barquero, sin embargo, no cumplía esta función de manera desinteresada, de ahí la costumbre de depositar una moneda en cada párpado del muerto o en la boca, a fin de pagar sus servicios.
Éstige fue una ninfa, hija de Océano y Tetis, que ayudó a los dioses en su guerra contra los titanes. Como recompensa, se le concedió que los inmortales jurasen por su nombre y que tal juramento fuera irrevocable.
Medusa:En la mitología griega, Medusa (en griego antiguo Μέδουσα Médousa, ‘guardiana’, ‘protectora’)[1] era un monstruo ctónico femenino, que volvía de piedra a aquellos que la miraban. Fue decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como arma[2] hasta que se la dio a la diosa Atenea para que la pusiera en su escudo, la égida. Desde la antigüedad clásica, la imagen de la cabeza de Medusa aparece representada en el artilugio que aleja el mal conocido como Gorgoneion.[
can cerbero: En la mitología griega, Cerbero (en griego Κέρβερος Kérberos, ‘demonio del pozo’), también conocido como Can Cerberos, era el perro de Hades, un monstruo de tres cabezas (aunque a veces se decía que tenía 50 o 100) con una serpiente en lugar de cola e innumerables cabezas de serpiente en el lomo.
Cerbero guardaba la puerta del Hades (el inframundo griego) y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar. Era hijo de Equidna y Tifón, y hermano de Ortro. La existencia de un perro infernal en la entrada de los infiernos parece que ya estaba presente en la mitología indoeuropea original, pues aparece en los mitos de otros pueblos indoeuropeos, como es el caso del perro ensangrentado Garm en la mitología escandinava.
Pegaso:En la mitología griega Pegaso (en griego Πήγασος) era un caballo alado.
Pegaso nació de la sangre derramada por Medusa cuando Perseo le cortó la cabeza. Es totalmente blanco y tiene dos alas que le permiten volar. Una característica de su vuelo es que cuando lo realiza, mueve las patas como si en realidad estuviera corriendo por el aire.
Según las fuentes clásicas, Perseo no llegó a volar montado a Pegaso, puesto que lo hacía gracias a unas sandalias aladas, sin embargo, muchos artistas renacentistas lo representaron volando en este caballo.
Lechuza de athena:En la mitología griega, Atenea o Atena (en ático Ἀθηνᾶ Athênã o en jónico Ἀθήνη Athếnê; en dórico Ἀσάνα Asána) es la diosa de la sabiduría, la estrategia y la guerra justa. Fue considerada una mentora de héroes y adorada desde muy antiguo como patrona de Atenas, donde se construyó el Partenón para adorarla.
Moira:Las Moiras (en griego antiguo Μοῖραι, ‘repartidoras’) eran en la mitología griega las personificaciones del destino. Sus equivalentes en la mitología romana eran las Parcas o Fata, y en la nórdica las Nornas. Vestidas con túnicas blancas, su número terminó fijándose en tres.
La palabra griega moira (μοῖρα) significa literalmente ‘parte’ o ‘porción’, y por extensión la porción de vida o destino de uno. Controlaban el metafórico hilo de la vida de cada mortal desde el nacimiento hasta la muerte (y más allá).

2:Perseo era hijo de Dánae (hija de Acrisio, rey de Argos) y de Zeus. Un oráculo había revelado a Acrisio que moriría a manos de uno de sus nietos, y por esta razón, nacido Perseo, Acrisio ordenó que Dánae y su bebé fuesen abandonados en una barca a merced de las olas.
Pero la frágil nave fue transportada por el viento hasta la isla de Serífea, donde fue encontrada por un pescador llamado Dietys, que condujo a Dánae y al pequeño Perseo a presencia del rey Polidectes, el cual los acogió con benevolencia.
Veinte años después, la bravura de Perseo y el afecto que el pueblo le tenía oscurecieron la gloria de Polidecto, que buscó un pretexto para alejarlo de su presencia. Halagó las ambiciones del joven con promesas de triunfos y le propuso una expedición gloriosa, aunque difícil.
Se trataba de ir al encuentro de Medusa, una de las tres Górgonas hijas de Forcis, para luchar con ella y cortarle la cabeza. Medusa, en vez de cabellos, tenía serpientes, y por su asqueroso aspecto convertía en piedra a todos los que la contemplaban.
Perseo aceptó sin titubeos semejante misión y los dioses, ante su valentía, acudieron en su ayuda. Atenea le cedió su escudo, cuya brillante y pulida superficie semejaba un espejo reluciente; Hermes le dio sus sandalias aladas y una fabulosa espada; y Hades le regaló un casco con la facultad de volverlo invisible.
Armado con estas defensas, se trasladó al otro extremo del océano, hasta la morada de Medusa, a la que halló sumida en un profundo sueño.
Utilizando el escudo de Atenea como guía, a fin de no observar directamente a la cara del monstruo para no quedar petrificado, y blandiendo la espada de Hermes, Perseo cortó la cabeza de Medusa de un solo tajo.
Las otras Górgonas, Estenio y Euriale, se despertaron en ese momento y quisieron vengar la muerte de su hermana, pero Perseo escapó de sus garras por medio del casco que Hades le había dado, y remontó el vuelo llevando consigo la cabeza de Medusa como trofeo.
Andrómeda era hija de Cefeo, rey de Etiopía, y de Casiopea, hija de Nereo. Ésta se había jactado de ser la más bella entre todas las Nereidas, y ante tamaña arrogancia las otras, ofendidas, hicieron queja común ante el dios Poseidón. El dios de los mares acogió sus protestas y envió un terrible monstruo marino para asolar el reino etíope.
Desesperado, Cefeo acudió a consultar el oráculo de Ammon, obteniendo una desagradable respuesta: Andrómeda debía ser sacrificada para aplacar la ira de Poseidón. Debería ser encadenada a las rocas de la costa y puesta a merced del monstruo marino para que la devorase.
Cefeo no estaba dispuesto a ceder a tan nefasta exigencia, pero Andrómeda decidió voluntariamente prestarse al sacrificio.
En su viaje de vuelta a casa, Perseo acertó a pasar por Etiopía y allí, desde el aire, divisó a la hermosa Andrómeda encadenada, a punto de ser engullida por el horrible monstruo. Rápidamente, descendió para averiguar el motivo.
Andrómeda le reveló su identidad y las causas de su suplicio. Perseo, conmovido, pactó con los padres de la joven que le sería concedida en matrimonio si los libraba de la desgracia.
Utilizando la cabeza de Medusa que llevaba consigo, petrificó al monstruo convirtiéndolo en coral para luego terminar de rematarlo con su espada.
Cefeo y Casiopea, en el paroxismo de su alegría, abrazan a Perseo como su salvador y su yerno. Al día siguiente se celebran los esponsales, pero durante el banquete aparece Fineo, hermano de Cefeo, a quien Andrómeda había sido prometida en matrimonio anteriormente. No habiendo hecho nada por salvarla, ahora que la veía libre tenía la intención de reclamar el cumplimiento del compromiso.
Acompañado por numerosos hombres, reta a Perseo, que está a punto de ser derrotado ante la superioridad numérica de sus enemigos. Pero entonces, Perseo recuerda la cabeza de Medusa, la saca de la bolsa en la que la tenía escondida y la presenta ante sus atacantes. Fineo y sus secuaces quedan irremediablemente transformados en fría roca.
Durante cuatro años, Perseo y Andrómeda vivieron felices en Etiopía y tuvieron un hijo, Perses, que permaneció junto a sus abuelos maternos cuando sus padres se trasladaron a Serífea. Allí, Perseo mata a Polidectes, que durante su ausencia había tratado de violar a su madre, Dánae.
Perseo, Andrómeda y Dánae ponen rumbo a Argos, donde Preto, hermano de su abuelo, había arrebatado a Acrisio el trono de Argos. Perseo derrota al usurpador y Acrisio, sabedor del camino triunfal de su nieto se traslada a Larisa para felicitarlo y reconciliarse con él.
Ese mismo día se celebraban en la región unos juegos en los que Perseo tomaba parte. Durante una de las pruebas, el héroe lanzó el disco con tan mala fortuna que golpeó en la frente a Acrisio, matándolo en el acto y cumpliéndose así el vaticinio que Acrisio había recibido del oráculo hacía años.

3:





Era el hijo de Zeus y por lo tanto el arca fue protegida de las tempestades y conducida a la isla de Serifo, en cuya costa los encontró un pescador llamado Dictis, que les llevó ante su hermano, el rey Polidectes, quien les acogió en su casa adoptando al pequeño como hijo.

4:Zeus es el rey de los dioses olímpicos, gobernante del monte Olimpo y dios del cielo y el trueno. Sus atributos incluyen el rayo, el toro, el águla y el roble.
Hera:En el panteón olímpico de la mitología griega clásica, Hera era la esposa y hermana mayor de Zeus. Su principal función era presidir como diosa del de las mujeres y el matrimonio.
Atenea:En la mitología griega, Atenea o Atena es la diosa de la sabiduría, la estrategia y la guerra justa. Fue considerada una mentora de héroes y adorada desde muy antiguo como patrona de Atenas, donde se construyó el Partenón para adorarla. En los mitos clásicos nunca tuvo consorte o amante, y por ello a menudo era conocida como Atenea Partenos (‘virgen’).
Hermes:En la mitología griega Hermes es el dios olímpico de las fronteras y los viajeros que las cruzan, de los pastores y las vacadas, de los oradores y el ingenio, de los literatos y poetas, del atletismo, de los pesos y medidas, de los inventos y el comercio en general, de la astucia de los ladrones y los mentirosos. El Poseidon:En la mitología griega, Poseidón o Posidón (en griego antiguo Ποσειδῶν) era el dios del mar y, como «Agitador de la Tierra», de los terremotos. El nombre del dios marino etrusco Nethuns fue adoptado en latín para Neptuno (Neptunus) en la mitología romana, siendo ambos análogos a Poseidón.
Tetis:En la mitología griega, Tetis o Thetis (en griego antiguo Θέτις), la de los pies argénteos, es una ninfa del mar, una de las cincuenta nereidas, hijas del «anciano dios de los mares», Nereo, y de Doris,[1] y nieta de la titánide Tetis, con quien se la suele confundir. A veces también se confunde con ella a Temis, la encarnación de las leyes de la naturaleza. Fue educada por Hera, que siempre le ayudó.

5:
Andrómeda esperando a Perseo para que la salve.


Andrómeda esperando a Perseo.


Perseo


Perseo va a matar A la medusa.